9/2/16

Otra vez me encuentro en el ojo del huracán.
El viento abrió un círculo donde estoy parada
y la quietud reina rodeada de caos.
El peligro es inminente,
la destrucción se acerca.
Sin embargo, me siento incapaz de moverme,
incapaz de salir corriendo.
Debería gritar por ayuda, pero,
¿Qué pasa si nadie me escucha?
Entonces lo pienso dos veces, y mejor no digo nada.
Por dentro, el tiempo parece que se detuvo,
pero por fuera sé, que corre y que se agota.
Siento una corriente de adrenalina  dentro mío,
me grita con urgencia que haga algo al respecto,
que actúe antes de que sea tarde.
Pero, no puedo.
¿Tengo miedo?
¿O estoy demasiado cómoda para querer hacer algo?
Las paredes se acercan, se cierran.
Pronto me voy a mojar,
pronto me voy a deshacer.
Pero prefiero quedarme aquí, pensando qué debería hacer...
En vez de hacerlo.

No hay comentarios.: