Acostada en la cama, miro el techo, mientras mis pensamientos fluyen sin barreras por mi mente.
De repente un olor en mi memoria me pone alerta, un viejo recuerdo aparece.
Y sin aviso, tu voz retumba en mi cabeza.
Puedo escucharla claramente, se mezcla con el viento y me acaricia las mejillas frías.
Pensar que tanto tiempo estuve tratando de recordar tu voz.
Y un día, sin buscarla, aparece.
Siento a mi corazón derretirse como caramelo,
Casi puedo sentirte a mi lado, riéndo, susurrando palabras de amor.
Y la despedida golpea mi ser, alejando tu voz, tu ser y tu esencia.
El dolor es una etapa que he dejado atrás,
Ahora no puedo hacer otra cosa que seguir mirando al techo.
Mirando y preguntando cuál será el destino que me espera,
Qué posibilidades tiene la vida de volver a encontrarte.
No es un pensamiento ni dulce, ni amargo.
Es sólo un pensamiento.
Y me siento perdida, confusa y curiosa.
El mundo está lleno de posibilidades.
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