Sublime momento en los que nuestros labios se encontraron. Toda esa pena y ese dolor se manisfestó en ese encuentro vibrante, esperanzador, esperado. Entonces mi corazón comienza a galopar, como solía hacerlos en esos momentos felices, y nuestra respiración se acompasó, recitando algún viejo vals.
Pero la amargura de la soledad continúa, la sal de mis lágrimas todavía me inudan y las cicatrices aún queman.
30/04 ♥
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