La simpleza de la vida. Las gotas de la lluvia mojándonos la ropa, el sol secando nuestra piel, el viento acariciando nuestro pelo. Perderse en esa simpleza, en ese vaiven de sensaciones, terrible tortura. Sin embargo se vive. Se respira, se ve, se siente, se toca, se oye. Y ahí está, esa luz supersensitiva que nos guía por caminos sinuosos, pero es la estrella que nunca se apaga.
Y quiero vivir, quiero llorar, quiero reír; sentir frío, calor, amor y dolor. Quiero vivir y lo voy a hacer.
7/05
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