Los ojos cansados,
observan el horizonte
describen figuras
imaginan futuros.
De repente dos gotas,
saladas y atrevidas
brotan de ellos
bañando el gris rostro
¿Cómo llegaron ahí?
¿Acaso alguien las invitó?
Y parece que cada pensamiento,
se acopla a su pequeña forma.
Mientras recorren su camino a mis labios
puedo olerlas, sentirlas,
sé que me tratan de decir algo
que me quieren alertar.
Y yo las dejo caer sin más,
liberándome de mi cárcel
Y entonces supe
lo que es llorar.
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