9/11/10

Tropezar una y otra vez con la misma pierda, hecho que caracteriza a mi persona, el errar constante. Siempre caer acompañada de tu risa burlona, pero nunca de tu mano, que se resignó a ayudarme.
Aprendí a mirar, a pensar antes de caminar. No me avergüenzo de haber caído, pero digo nunca más. Prefiero seguir mirando al horizonte. Acaso ahora quieres darme una mano? Pues es tarde, ahora camino sola y lo más importante, sin tí.

No hay comentarios.: