El silencio reinaba en el aire. A pesar de la escasez de palabras, ellos se sentían cómodos, no les molestaba. Tan solo se miraban, y su alguna vez escuchaste la frase "una mirada vale mas que mil palabras", hubieses entendido perfectamente el asunto. No había miradas mas profundas que las de aquellos dos seres. Al chocar se notaban explosiones en el aire, invisibles para los de afuera, pero mucho mas que evidentes para ambos espectadores. Cuando él decidió hablar, abrió la boca pero de ella no logró salir nada, porque un dedo ajeno se acercó y la calló. Entonces ella dijo :"lo sé." Y él no dudo ni un segundo eso. Sorió. De verdad la amaba.