30/10/10

Las miradas, las sonrisas, las caricias, todo persiste. Pero ya no son lo mismo.
Las miradas, aquellas llenas de calidez, se enfriaron y me achican, me hacen sentir mal, desolada.
Las sonrisas son forzadas, falsas y perdieron su brillo.
Las caricias, antes necesitadas y suaves, se transformaron en una lija, densa y áspera, que me produjeron rechazo.
La luz que me transmitían desapareció, la amistad y el amor cada vez se fue achicando, junto con mi corazón.
Y lo lamento? Sí, no hay nada que me duela más. Pero las cosas ya no son las mismas.

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