24/8/11

Una vez hace mucho tiempo, me encadené a una bola de hierro y me hundí en el mar. Primero se me borró la visión, luego se me hizo cada vez más difícil razonar, hasta que dejé de respirar. Pero seguía ahí, viva y consciente. Y dolía.
Mucho, mucho, mucho tiempo pasó desde aquel momento y poco recuerdo que pasó en el medio. Lo que si recuerdo que llegó un momento en el que me cansé: ya no quería vivir angustiada bajo la presión de toda esa agua, sumisa. Quería salir de ahí, pensar, ver, respirar.
Así que poco a poco rompí mis cadenas, y salí de aquel húmedo y oscuro vacío.
Pude sentir el viento, ver el cielo, respirar tantos olores. Me sentí libre, libre por fin!
Chau, adiós, arrivederci, au revoir, goodbye, hasta nunca! Me niego a volver a tu prisión. Volví a conocer la libertad y ahora NADIE me la va a quitar.

No hay comentarios.: