Caminando por las grises calles de Baires, me encontré un local que me pareció super conocido. Tenía muchos colores y arriba de todo tenía un letrero que decía "Comenzá a ser felíz, pintá tu vida". Así que curiosa como siempre entré y me traje una caja de 24 lápices. No eran como los lápices que estoy usando, que son grises y normales, estos eran de varios colores, coleres deslumbrantes, brillantes y alegres. Colores que no había visto en mucho tiempo, que me llevarona viejos recuerdos donde toda mi vida tenía aquellos colores que poco a poco fueron desapareciendo.
Un poco asustada tomé un color y comenzé a pintar. Para comenzar un día soleado. Y así fue como mi vida poco a poco esta tomando color. Con colores no solo míos, colores que me aportan mis amigos, mis padres, con sus consejos, sus abrazos, su cariño.
Y poco a poco lo gris desaparece dejando un paisaje que ya casi ni reconozco.
Y poco a poco voy volviendo a recordar, lo que realmente es la felicidad.


(gracias querida Narcótica, me diste aquel empujoncito que necesitaba)